A partir del 2 de noviembre de este año se ha impuesto una nueva norma que dice que a las 8:30 en punto se cerrará la puerta principal y no se dejará entrar a nadie a no ser que vengan acompañados por sus padres y ningún otro familiar. ¿Es esta nueva norma buena o mala? Cierto es que así evitamos retrasos de los alumnos pero ¿qué es mejor, llegar cinco o diez minutos tarde o perder toda la hora? Y es que los alumnos que lleguen tarde y puedan entrar porque vengan acompañados por sus padres no se incorporarán inmediatamente a clase, sino que los harán esperar en un aula, la llamada "aula de atención al alumno"o lo que es lo mismo, la nueva y ya conocidísima aula de castigo, el aula 14 y hasta la siguiente hora no podrán ir al aula.
En mi opinión, eso es una gran tontería, ya que los alumnos que se quedan a veces fuera es porque les cierran la puerta, en ocasiones casi en la cara por cierto (yo entre ellos). En ese caso entran a segunda hora pero ahora ni si quiera eso. ¿Y si los padres no pueden acompañarles? Recordemos que muchos de nuestros padres trabajan por la mañana. ¿Vale la pena perder una hora o todo el día por tres minutos de retraso? Yo pienso que deberían dejar al menos cinco minutos de margen (los primeros días de la norma ya vimos que el instituto estaba hasta más vacio), al igual que nosotros se lo damos a los profesores la mayoría de las veces (entre otras cosas porque no nos queda más remedio, cualquiera se queja). Y después dirán que hay fracaso escolar...
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