lunes, 4 de marzo de 2013

¿Tienes una relación de pareja sana o insana?


Al igual que una o dos veces al año debemos hacer un chequeo médico o acudir al dentista para poder prevenir enfermedades que aún no manifiestan síntomas pero están latentes en nuestro cuerpo, también es importante que aprendamos a chequear una parte de nuestra vida que tiene tanta importancia como la existencia física y que repercute en nuestra salud, nuestro ánimo, nuestra belleza y nuestra apariencia general: las relaciones de pareja.
La rutina, las costumbres adquiridas de nuestras familias, la influencia de los medios de comunicación o determinados tipos de música pueden hacernos parecer naturales comportamientos que se nos producen tensiones psicológicas que afectan a nuestra salud o, por el contrario, actitudes que nos llenan de serenidad y autoconfianza y que nos benefician hasta el punto de mejorar nuestra piel, detener la caída del cabello o hacer desaparecer molestos dolores de cabeza.
En una relación sana:
  • Tú estás en plena comodidad con tu pareja porque os tratáis siempre con respeto.
  • Compartís cosas con otras personas fuera del ámbito familiar.
  • Te sientes y se siente libre de hacer y decir cualquier cosa.
  • Organizáis cosas y os divertís juntos.
  • Tenéis confianza para hablar de cualquier cosa.
  • Os escucháis.
  • Compartís los problemas y respetáis las soluciones que cada uno encuentre.
En una relación insana:
  • Criticáis las formas de vestir, maquillaros, los peinados o los gustos personales de la otra persona, a veces, ácidamente.
  • Os comparáis con otras personas para criticar o ridiculizar.
  • Gastáis bromas pesadas el uno sobre el otro, u os insultáis a solas o delante de otras personas.
  • Hay gritos, empujones, rotura de objetos, golpes de puerta o similares si no hace o dice el uno lo que el otro desea.
  • Hay “ataques de silencio” o huelgas de sexo como castigo a negativas o diversidad de opiniones.
  • Controláis a escondidas o sin el consentimiento del otro: llamadas, mensajes, correo electrónico o gastos de la tarjeta de crédito.
  • Alguno de los dos llega a tener miedo a decir lo que piensa, expresar su opinión o tomar decisiones independientes.

Examina tu relación con estas sencillas propuestas y sea sana o insana pregúntate en qué modo tu cuerpo te llevaba avisando de esos mismos resultados. Después es el momento de potenciar lo bueno y erradicar lo malo.
Tu vida y tu salud seréis quienes se beneficien.


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