Hoy la luna no me duerme,
los ángeles ya no cantan,
el sol no brilla en tus ojos,
el corazón para siempre se para.
La vida no es lo que fue,
las heridas han tocado lo profundo,
las cicatrices marcadas del ayer,
recordarán el suspiro
de un espíritu inmundo.
Y las alas de ángel que me cubren,
me impiden ver estrellas de cristal,
y una dulce luna de diamante y perlas
brilla a lo lejos,
y se esconde tras la estela angelical.
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