viernes, 5 de febrero de 2010

LO SÉ Y ME IMPORTA: ¡¡¡UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD!!! (Alfonso Torres)

Parafraseando a Anguita con su “programa, programa, programa” y a Llamazares con su “trabajo, trabajo, trabajo” he titulado este artículo, muy preocupado una vez más por ese proyecto llamado Izquierda Unida.


Leía en el ``Público´´ del jueves 21 de enero algo casi vaticinado y que a pesar de la gran sorpresa que me produjo, era algo que ya me esperaba. El pacto con Iniciativa per Catalunya Verds (ICV, la marca de IU en Cataluña) podría estar resquebrajándose. Según contaba el periódico, ICV quiere crear una fundación nacional al margen de IU con otros partidos ecologistas y autonomistas, más afines ideológicamente. Siempre he visto con malos ojos la alianza entre IU e ICV. Y absurda y arriesgada. No veo justo, que ICV se beneficie del prestigio, del carácter nacional de IU y por supuesto de sus votos y sin embargo, tenga total independencia de los órganos de IU, pues ni el Coordinador Federal ni el Consejo Político Federal de IU pueden inmiscuirse en los asuntos de ICV. Lo mismo pasa con Ezker Batua (EB) en Euskadi.
¿Dónde está lo preocupante de todo esto? Que tanto ICV como EB son representantes de alguna manera de Izquierda Unida en dos zonas políticamente muy importantes de España. Y hay que tener mucho cuidado con lo que hacen los aliados, no sea que también le salpique a uno mismo sin comerlo ni beberlo.
Considerando las casi nulas diferencias de ideas y proyectos entre EB, ICV e IU, no alcanzo a comprender esa manía de la izquierda de este país de estar tan suma y absurdamente dividida. Algo que también atañe a muchos otros micropartidos como Izquierda Anticapitalista, Iniciativa del Poble Valencià (ambos son resultado de divisiones de IU), Los Verdes, Izquierda Andaluza y un largo etcétera. ¿O quizás si es comprensible dicha macrodivisión? Al fin y al cabo, mejor ser cabeza de ratón que cola de león. Y es que tener un título, aunque sea un cargillo de un partidillo es un afán muy humano y demasiado común en política.


No soy un experto en la materia, solo soy un simpatizante de base más de IU, uno de tantos que preocupado mira día a día hacia arriba, a las cúpulas y a los periódicos para ver que tal va la cosa y siempre nos encontramos con asuntos como estos. Y eso, cansa y deprime a las bases. A ese millón de votantes que todavía nos queda y sobre todo por esos militantes y simpatizantes que voluntaria y desinteresadamente luchan por el bien y el desarrollo de este proyecto llamado Izquierda Unidad.

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