Viéndonos representadas en los puestos de decisión ¡Las Sociedades son más justas!
En más de 100 años de reivindicaciones organizadas por mujeres y hombres, estos más acticos en la actualidad con los movimientos de Hombres por la Igualdad, ha ido multiplicándose, así como también han aumentado las reformas legislativas y sociales (Ley contra la Violencia de Género, Ley de Igualdad, Ley de Salud Sexual y Reproductiva, reformas del Código Penal en materia de separación y divorcio, planes contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual, Plan de Igualdad en el Medio Rural, etc). Todo ello instrumentos valiosos que nos allanan el camino de la igualdad.
Mujeres vascas votando al Estatuto de Autonomía de Euskadi en el año 1933 (durante la II República)
Pero, ¿es real la participación de la mujer en la vida social?
Se ha logrado el reconocimiento formal de la participación de las mujeres en igualdad y en todos los ámbitos, pero seguimos arrastrando un gran desequilibrio en la participación, en la toma de decisiones y en la responsabilidad de lo privado, encontrándonos todavía:
- Sí, hay maestras y profesoras con mayor presencia en los centros académicos, pero todavía son menos las que llegan a puestos de responsabilidad y decisión. (En nuestro centro un 10%).
- Sí, hay mujeres en el poder político, aunque la paridad de sexos todavía no se alcanza.
- Sí, hay presencia de las mujeres en los órganos de decisión económica, pero es escasa, pese a que esta demostrado que empresas con directoras mejoran los resultados económicos.
- La tasa de actividad económica de las mujeres en la empresa privada es inferior a la masculina, cuenta con peores empleos y menos ingresos, pese a que la formación es, como mínimo, comparable.
- La corresponsabilidad en el reparto de tareas domésticas está pendiente.
Michell Bachelet, primera mujer en alcanzar la Presidencia de Chile.
La igualdad real y efectiva pasa por la incorporación de las mujeres a un empleo de calidad en las mismas condiciones que los hombres, y exige un reparto igualitario en los asuntos domésticos y del cuidado familiar. Sólo con una verdadera corresponsabilidad entre hombres y mujeres se equilibrarán las oportunidades y se producirá un desarrollo humano y económico razonable.
Celebramos este día con satisfacción pero conscientes de la lentitud del progreso y de lo que todavía queda por recorrer. No debemos ni podemos dejar de trabajar y sumar esfuerzos para que las mujeres estemos mejor y más representadas en los ámbitos de poder y de toma de decisiones. ¡¡¡EMPODERAMIENTO!!!
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