martes, 1 de febrero de 2011

ETOPEYA: UN TIPO INCORRIENTE (Pablo González Álvarez)

Corría la suave brisa de primavera como si huyera del invierno. Se oían las primeras golondrinas y florecían las primeras amapolas. Eso señalaba que era buen tiempo para pasear, para recorrer tu ciudad con calma y sun prisa, reflexionando y pensando sobre la vida, el trayecto y el o la acompañante.




Entre el paseo marítimo de la ciudad se podía distinguir a una persona especial, una persona diferente, una que demostraba estar sumida en sus profundos sentimientos a cada paso que daba. Esa persona llevaba auriculares, cuando andaba calmadamente en una larga tarde de primavera, para no escuchar el ruido exterior, para no oir sin querer las desdichas y necedades de la gente. Él tenía preocupaciones más importantes por las que estar en vela. Él sentía una gran debilidad por el saber. Si había una frase que odiaba con toda su alma, era aquella que dice: “Sólo sé que no sé nada”. Él no quería saber nada, él querñia saberlo todo y no dejar nunca nada atrás, pues pensaba que siendo consciente de todo podría descubrir los secretos que encierra la vida, pero aún se le escapaba una cosa muy importante que sí que debía saber y esta era que; a cada cosa que aprendía nueva, llevaría una carga más, una verdad que al fin y al cabo podría doler, cada cosa nueva le proporcionaría una pizca más de realidad y le quitaría cada vez más fantasía, y sin fantasía... Dios sabe el tormento y la amargura de la verdad que le esperaría.


Pero él no podía evitarlo porque esa debilidad por el saber formaba parte de él, como otras tantas cualidades y defectos. Era un hombre curioso, optimista, pues sino no podría reunir fuerzas para salir de tantos grandes baches que le han presentado y se le presentarán en la vida. Era un hombre que disfrutaba siendo diferente pues así veía los errores de la gente pero no veía en nadie fallos similares a los suyos y eso le hacía que fuera difícil reconocerlos y repararlos. Tenía un cierto don para la soledad, prefería aislarse del restos de personas para no “contaminarse” como él decía.

Sólo existe una persona así y esta está en mi mente.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Alumnos de 3º ESO D. Seguid trabajando y recordad que "el espacio en esta vida se recupera pero el tiempo perdido no". Demostrad que podéis ser los mejores y no olvidéis que los estudios aportan los conocimientos que os conducirán a ser los hombres y mujeres del futuro . Gracias por vuestro interés.